jueves, 24 de noviembre de 2011

3 corazones heridos. Capitulo 1.


3 CORAZONES HERIDOS
Capitulo 1: ¿Sera el destino o el simple deseo de tres  almas?

3 corazones heridos…
3 personas diferentes…
3 lugares distintos en el mundo…
Pero… un mismo destino…

El sonido del reloj retumbaba en sus oídos mientras observaba sin vida la pared frente a ella.
-          Los sueños son fácilmente arrebatables… -susurró la chica de ojos verdes y cabello corto castaño, su tez pálida se parecía a la nieve, sentada en el suelo cual muñeca maltrecha, precisamente vestida con un vestido negro como de muñeca, con encajes blancos y un pequeño listón en forma de moño de color negro sujetado a su cuello. Se encontraba en un lugar completamente oscuro en el cual tan solo se podía ver un espejo -¿verdad? –. Se observó en el espejo que estaba junto a ella, pero la figura allí reflejada sonreía aunque ella aun seguía con el mismo semblante triste y perdido – si existe alguien que pueda salvarme deseo conocerlo…
-          Deseo concedido –se escuchó de una voz proveniente del espejo.

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Caminando tranquilamente por las calles de la ciudad pero sin mucho entusiasmo el joven muchacho de profundos y serios ojos marrones, y cabello corto castaño, vestía una camisa blanca, con el primer botón abierto, y pantalones color café. Esperaba encontrar algo en su destino…

-          ¡Hey Amigo mío! ¿a dónde vas tan triste? –le dijo un chico de su misma edad, muy alegre, de ojos pequeños, llevaba una gorra color roja, de la cual se escapaban algunos mechones dispares del cabello castaño.  Le pasó el brazo por detrás del hombro mientras seguía caminando junto a él.

-          Hmp –apenas le dijo el otro mirándolo con cara de que quería que se largara.
-          Oye, oye ¿aun sigues así? Sabes, las penas del corazón se pasan con alcohol.
-          No, gracias – respondió secamente.
-          Vamos, no seas aguafiestas.
-          Si no vas a ser de utilidad no seas una molestia.
-          Bueno, bueno está bien… que dirías si te digo que conozco la luz de este mundo.
El chico se detuvo sorprendido y observo al otro fijamente -¿la luz… de este… mundo? … ¿a qué te refieres?
-          Hay una persona de la cual se dice puede conceder cualquier deseo si le das algo que quiera, y además de eso dicen que el solo estar cerca de esa persona reconforta cualquier corazón afligido – decía el chico muy seguro
-          Bah, será solo un mito
-          Es cierto amigo mío … yo mismo la he conocido – sonrió con orgullo

­­­­­­­­­­­­­­­Mientras tanto. En una habitación oscura, apenas iluminada por la pantalla de un computador; se encontraba un chico un poco desgarbado, su piel blanca se acentuaba más con la luz que provenía del monitor, sus oscuros ojos que se escondían tras los cristales de los lentes, sus cabellos castaños notablemente desarreglados y la ropa negra suelta. Parecía ser parte de la maquina mientras movía ágilmente el mouse para asesinar a los personajes detrás de la pantalla. Finalmente terminada la partida se echa para atrás y mira el techo.

-          Todo es tan simple en mi vida… ¿realmente existirá esa luz? Quiero conocerla…
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El espejo se tornó algo turbio como agua plateada.

-          ¿visitas? –se pregunto la chica de ojos verdes vestida como a una muñeca con un vestido negro, observando el espejo desde la silla en la que se encontraba sentada.
-          Hola, hola por acá – el chico de la gorra roja llegó muy animado atravesando el espejo y tras de él otro, desanimado pero a la vez sorprendido.
-          Interesante –dijo la chica fijando su atención en el segundo invitado, mientras sostenía elevada una taza de te
-          Hola hermosa, cuánto tiempo – mencionó el chico de la gorra.
-          Es cierto… ¿te ha ido bien con el deseo?
-          Bueno, no puedo quejarme
-          Qué bien – contesto la chica dejando su taza de té sobre la mesa – imagino que vienes a pedir alguna otra cosa.
-          No yo exactamente – aclaró él.
-          Lo sé … -contesto la chica poniéndose en pie sin ánimo, dejando atrás la mesa  del té que desaparecía mientras ella se alejaba y se acercaba a los dos chicos –entonces díganme…
-          Hey, hey primero son las presentaciones –le recordó el de la gorra deteniéndola.
-          Ah claro, había olvidado ese pequeño detalle – decía la chica aun sin ánimo, tan raras veces compartía con otras personas que solía olvidar muchas cosas acerca de cómo relacionarse- pero igualmente no es como que sea importante… -dijo, y olvidando lo anteriormente mencionado miro fija y penetrantemente los ojos de quien pediría su deseo-  puedo ver a través de tus ojos un corazón afligido –le dijo al joven que había permanecido en silencio y con la vista fija en los ojos de ella – una profunda pena inunda tu alma y presientes que nada podrá salvarte, pero yo veo algo mas…
-          ¿Qué ves? –pregunto el chico con seriedad.
-          Veo la cura – dijo en un tono como de sorpresa pero también de desagrado. Apartó la mirada y se alejó de ambos.
-          Bueno, bueno creo que no estás de muy buen humor hoy, el caso es que mi amigo aquí necesita de alguien que le anime, ya sabes su novia lo abandono por otro…
-          ¿tienes que decirlo así? –le respondió el chico notablemente herido.
-          Es la verdad, hermano – el otro joven se preparo a golpearlo pero la chica hablo en ese momento.
-          Bien ¿Qué es lo que realmente deseas?
-          No lo sé… -respondió el chico.
-          Entonces – dijo ella acercándose de nuevo y mientras le acariciaba el rostro continuo– descansa tu corazón en el mío y ya veremos qué pasa –el chico sintió que el sueño se apoderaba de él y cayó sobre el regazo de la joven.
-          Lo dejo en tus manos –sonrió el otro chico y se retiro del lugar atravesando aquel espejo.
-          Serás tú mi salvación ¿o no? –susurro débilmente la chica al oído del joven con una pequeña sonrisa.
-          Disculpe creo que llego en un mal momento –decía el joven desgarbado vestido completamente de negro que acababa de cruzar el espejo.
-          Nunca es un mal momento, en trabajos como el mío – dijo ella dirigiendo hacia él su mirada- … cuéntame
-          Busco a la persona que cumple deseos – pronuncio tranquilamente e intentando no mostrar mucho interés en el asunto.
-          ¿Cuál es tu deseo?
El joven la observo confundido.
-          ¿Si no tienes ningún deseo para que buscas a esa persona?
-          No lo sé –dijo el chico agachando la mirada notablemente enfadado consigo mismo, era verdad, no había pensado en nada… aunque muchas cosas se habían cruzado por su mente, al final había pensado que solo conocerla ya sería algo diferente…
-          Bien, puedes quedarte también… ya que tu deseo es encontrar un destino ¿no es así? – dijo la chica sentándose en la silla frente a la mesa de té que acababa de reaparecer, y a su vez aparecía otra silla como invitando al joven a sentarse. El chico que se encontraba dormido descansaba en una cama de sabanas blancas que recientemente también había aparecido en el blanco lugar y que parecía ser eternamente infinito.
-          ¿pero cómo? – se preguntó el recién llegado al darse cuenta que ella había casi que leído su pensamiento, en realidad al parecer realmente lo que quería era encontrar un destino, o al menos un destino diferente al que tenia … eso le sorprendió mucho más que ver como los objetos aparecían sin más.
-          Mientras estés  en mi territorio no habrá nada que puedas esconder de mi –contesto la joven despreocupada mientras le observaba.

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